El miedo a ponernos delante de una cámara y grabarnos es una de las principales barreras que se encuentran todas las personas a al hora de grabar un Video CV.
Para nuestro subconsciente la cámara representa a esas personas que nos van a ver después. No importa si son decenas, cientos o miles. El simple hecho de ser conscientes de que nos vamos a exponer en público hace que volquemos toda esa energía en la cámara.
Lo primero de todo, ¿por qué nos sentimos así?
Tener miedo a estar frente a una cámara no debería ser nada tortuoso ni traumático.
Es más, si lo piensas, no es normal o natural tenerle miedo porque simplemente es un aparato. Uno más de los que puedes tener en tu lugar de grabación. Entonces, si no le tienes miedo a una lámpara, una silla o al ordenador, ¿por qué la cámara resulta tan complicada?
Bueno, la respuesta es un poco más interna.
El miedo a la cámara está muy relacionado con el crecimiento personal
Cuando sentimos esas emociones de nervios y miedos, no es ni más ni menos que todos nuestros problemas interiores. Es decir, tu autoestima, la opinión que tienes sobre tí mismo, la validación y una larga lista de emociones son las responsables de que tengas bloqueos a la hora de grabarte.
Para perder el miedo a la cámara, la verdadera clave es la práctica
Seguramente suena muy obvio. Pero en este caso lo es. Es que realmente no existe una solución alternativa, no hay un atajo para esto.
Lo que sucede cuando nos grabamos las primeras veces es que nos vemos de una manera muy distinta para nosotros. Vemos cómo nos comportamos en realidad y eso en muchas ocasiones no nos gusta. También es muy normal notar que nuestra voz es diferente.
Pero eso se debe a meras cuestiones físicas.
Cuando hablamos escuchamos nuestra voz desde dos referencias. Una es nuestra propia cabeza, que actúa como caja de resonancia, y la otra es el rebote que nos llega cuando nuestra voz impacta con alguna superficie. Cuando nos grabamos, luego solo podremos escuchar nuestra voz a través de la referencia de los altavoces.
Como digo, todo se centra en la práctica y en tener una férrea disciplina.
Si te pones a practicar diarimente o varias veces a la semana, al principio te costará mucho. Pero con el paso de los días te irás acostumbrando a verte de esa manera. Tu propia mente lo verá como algo natural.
La parte buena es que ahí es cuando vas a empezar a notar los resultados. La parte menos buena… que la solución solo está en vos.
Así que creo que hablar frente a una cámara puede ser una muy buena oportunidad para crecer personalmente porque te obligarás a enfrentarte a esas emociones negativas y verás cómo puedes atraversarlas sin problema. No hace falta que lo hagas únicamente cuando vayas a publicar en YouTube. Grábate en pequeños vídeos con tu móvil cada día, por ejemplo. Como siempre lo llevas encima, puedes aprovechar cualquier ocasión para practicar, verte e incluso corregir lo que creas que no funciona.
Ten una buena preparación
Uno de los factores que más incómodo me han hecho sentir al grabar es el no haberme preparado un tema lo suficiente.
Cuando grabas con prisa y con la presión de tener que sacar un vídeo, pero no sabes bien sobre lo que vas a hablar, es muy fácil que se te note esa falta de seguridad en lo que dices.
Por lo tanto, prepara tus vídeos con tiempo. Investiga y lee lo que necesites para tener claro lo que quieres explicar y por qué. Y si puedes, prepárate algún guion o esquema básico para estructurar la información y así no irte demasiado por las ramas.
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