Proyectarse | Etapa 1 – Tomar conciencia y compartir

La vida nos atraviesa, aún con formato de pandemia. La incertidumbre propia de no saber cuándo termina esta etapa genera estrés y mueve emociones que muchas veces rebotan y nos vuelven de diferentes maneras. 

En nuestros encuentros trabajamos con las metas que nos ponemos para trazar un camino e ir por ellas. 

En medio de este mar revuelto, aún así tratamos de proyectarnos. ¿Cómo lo haremos?

Quizá el primer paso sea tomar conciencia de qué manera la experiencia de la pandemia nos está modificando individual y socialmente. 

Es necesario ir con paso lento para estar atentos a lo que internamente está cambiando. Es probable que nos demos cuenta que algunas cosas ya no nos interesan y otras toman una nueva dimensión. Este nuevo terreno es sobre el que vamos a delimitar nuestro próximo camino y es importante ponerle palabras para ir entendiéndolo.

Nuevos tiempos abren nuevas preguntas, nuevas miradas, nuevos relatos e historias que al ser compartidas nos descubre abiertos, vulnerables y respetuosos de la realidad propia y de la de los demás. Nos permite generar empatía, poder acercarnos a la realidad del otro para proyectar juntos.

Para poder hilvanar nuestros relatos algunas preguntas pueden dar sustento.

¿Qué perdimos durante este tiempo? ¿Qué ganamos? ¿Qué estamos aprendiendo del modo en que podemos enfrentar este tiempo? ¿Cómo podríamos aplicar lo aprendido para usarlo a continuación? 

Describir nuestras sensaciones, compartirlas, escuchar lo que le está ocurriendo a otras personas durante este tiempo ayuda a ir viendo nuestra transformación.

Estudios científicos indican que luego de una experiencia traumática, una de las mejores maneras de restablecer el bienestar y el propósito de vida, es hacerlo a través de los relatos que escuchamos y construimos porque ellos activan las posibilidades de crecimiento.

Las historias nos ayudan a crecer restableciendo vínculos y compartiendo lo difícil. A medida que transcurre el relato escuchado de otros o contado por nosotros, podemos recrear nuestros propios deseos y darle forma a nuestro nuevo propósito, a nuestra manera de volver a pensarnos.

Tomar lo aprendido en tiempos difíciles es una manera de emerger a nuevos horizontes y un ejercicio para volver a proyectarnos porque nuestra marca personal, como la vida, está siempre en construcción.

Lic. Adriana Bottiglieri

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