Competencias blandas

Son las habilidades y actitudes socioemocionales que marcan la diferencia en el ámbito laboral

Está claro la importancia que tienen la formación académica, las capacitaciones y la experiencia para desarrollarnos exitosamente en el trabajo. Sin embargo, los conocimientos duros de nada sirven si no tenemos desarrollados otros aspectos vinculados con nuestras competencias socioemocionales o blandas. “Estas competencias son importantísimas y hacen la diferencia entre dos o más personas con casi idéntico currículum.

No es solo la experiencia y los estudios de grado, posgrado o las certificaciones –cosa por supuesto muy valorada en cualquier perfil– lo que aporta valor. Hoy le damos suma relevancia al desarrollo humano que nos permite liderar con el ejemplo, comunicarnos asertivamente, resolver conflictos, negociar y adaptarnos a los cambios con flexibilidad”, explica Cecilia Rodríguez Casey, licenciada en Psicología y directora de la consultora Rodríguez Casey & Asociados.
Las competencias blandas son aquellas vinculadas a los aspectos humanos, de gestión. Son las competencias no técnicas e implican mucho más a la persona, su forma de ser, actuar, pensar y sentir.

Están relacionadas a las actitudes, valores y personalidad, y son más difíciles de desarrollar porque implican aspectos más profundos a trabajar. “Entre ellas podemos citar a la comunicación, el liderazgo, la flexibilidad, el trabajo en equipo, la orientación al cliente, resiliencia, capacidad analítica y orientación a la calidad y a la excelencia. Y también todas las vinculadas a las relaciones interpersonales como la resolución de conflictos, tolerancia a la presión y negociación, entre otras”, detalla la profesional.

Líder Socioemocional

Sin dudas en los puestos de liderazgo desarrollar estas competencias blandas resulta clave. Un líder con buenas competencias humanas asegurará un mejor clima de trabajo, bienestar para los colaboradores, motivación y desarrollo.

Además, podrá contener situaciones de presión o momentos críticos logrando que el equipo salga fortalecido. “Si el líder carece de algunas fundamentales como la comunicación y el liderazgo esto repercute en el equipo volviéndolo acéfalo. Y en ocasiones aumenta la desmotivación, se genera un clima hostil y la gente no tiene un referente o un guía más allá de una persona con título de jefe. Cada vez es más valorado trabajar en un clima cordial, de respeto y con expectativa de crecimiento y desarrollo.

Los líderes con competencias blandas lo logran y a la inversa, los líderes que tienen carencias de este tipo cuentan con un equipo que suele resentirse, renunciar o trabajar a desgano,” argumenta Casey.

Por último, la profesional explica que la gente hoy espera además de condiciones justas y beneficios, ser bien tratada, estimulada, tenida en cuenta y reconocida. Esto se logra en ambientes colaborativos, de buena comunicación, dónde el factor humano es tenido en cuenta. “Todo esto genera lazos, pertenencia y, en consecuencia, mayor compromiso y bienestar”, concluye.

 

Fuente: Experta seguros

Facebook
Twitter
LinkedIn
×