1 – Tener una buena marcar personal coherente y comprobable
Puede que hace unas décadas, antes de Internet, la buena marca personal tuviera que ver tanto con los informes positivos que se podían presentar como con la explicación propia de las excepcionalidad desde cada uno. Esto puede ser útil hoy en día, pero ni mucho menos es determinante si no viene acompañado de una presencia en las redes sociales y en general de una huella en Internet acorde a lo que se expone.
Hoy en día difícilmente vamos a entender una buena marca personal sin una buena huella en Internet. Esto significa no sólo mantener al día nuestros perfiles en redes sociales de búsqueda de empleo, donde es muy importante una presencia activa, sino también mantener una huella positiva en el resto de redes sociales y comportamiento general en Internet.
No tiene mucho sentido mantener cuentas personales en redes sociales en las que se manden mensajes contradictorios o que puedan chocar contra la imagen de marca personal que pretendemos defender. Del mismo modo, tampoco se entienden cuentas de correo electrónico con nombres raros, sarcásticos o que resulten bromas personales.
Ten en cuenta que las redes sociales y tu presencia en ellas va a ser con mucha probabilidad comprobada y consultada, por tanto, va a afectar mucho a la imagen general que ofreces y sobre todo a la marca personal que has vendido en tu currículum.
2 – Aprovechar los recursos que te ofrece internet
Curiosamente, en el momento de la historia en el que mayor acceso tenemos a información y herramientas personalizadas para comunicar, no siempre utilizamos estas fórmulas de la manera adecuada. Buen ejemplo es el modelo de entrega de currículum a través de Internet, por supuesto generalmente a través del correo electrónico.
Hoy en día, a pesar de mantener la tradición de entrega de currículum a través de correo postal o incluso en mano, cada vez es más frecuente el envío de este tipo de información a través de un correo electrónico, algo más rápido, más directo, y por supuesto mucho más eficaz ya que nos permite un número mayor de envíos con mayor rapidez.
Sin embargo, como decíamos, no siempre utilizamos bien este medio de contacto que además, en muchos casos va a ser el primero en conectar con los posibles empleadores.
En primer lugar como ya indicábamos en el apartado de la marca personal, debemos evitar direcciones de correo electrónico complejas, inadecuadas o fuera del lugar. Si los dominios personales estuvieran ya registrados conviene buscar opciones relativas a nuestras iniciales o similar. En cualquier caso generar una dirección de correo electrónico sobria y correcta.
3 – Elegir a quién diriges tu solicitud de empleo
Hoy en día con las opciones que las plataformas de empleo en Internet ofrecen existe la tendencia de realizar envíos masivos, muchas veces sin saber realmente nada o casi nada de la empresa a la que estamos enviando nuestros currículum. La efectividad de este tipo de envíos no es desde luego alta.
Resulta mucho más interesante, sin tener por qué dejar de hacer lo anterior, tratar de dirigirnos en la medida de lo posible de manera directa a las propias empresas sin utilizar intermediarios. Esto sobre todo recomendable en aquellos campos laborales en los que realmente nuestras competencias son elevadas.
Tanto en el caso de empresas de nuestro sector productivo que ya demandan trabajadores, como en aquellas que puedan demandarlos en el futuro, conviene investigar sobre su funcionamiento, estructura, y todos los datos que puedas recabar. De hecho, cuanto más personalices el envío de tu solicitud de empleo mejor.
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