Presentación personal y el espejo de las pantallas

Y así estamos hoy, comunicándonos en entornos virtuales a los que hemos llegado de diferentes maneras: preparándonos con tiempo, de manera apresurada o a los empujones.

Lo cierto es que con más o menos eficacia nos las estamos arreglando porque la intención de comunicarse es más poderosa que las interferencias de la conexión de wifi.

Suele suceder que si ya conocés a las personas con las que te comunicás muchos aspectos del presente ya se hayan incluido en el nuevo formato de comunicación a través de las pantallas.

Pero ¿qué sucede si vas a hablar con alguien por primera vez? ¿Sigue vigente aquello de que no hay una segunda oportunidad para dar una impresión primera que impacte?

El entono digital crea una escenografía fragmentada. No vemos todo el cuerpo de la persona con la que hablamos y en el intento de completar información nuestro cerebro “escanea” todo el tiempo tratando de armar la figura y la escena completa. Las neurociencias explican este fenómeno y ayudan a entender el cansancio que esto nos provoca.

Nuestro espacio comunica de manera mucho más amplificada que en el encuentro personal, por esta razón crear un entorno con pocos elementos de distracción a nuestro alrededor y colores calmos es un buen comienzo.

Se sugiere, inclusive, evitar tener cerca la propia biblioteca, en la que se pudieran leer títulos de libros. No sabemos qué deducción pudiera llegar a realizar el interlocutor con alguno de ellos. Puede parecer exagerada la advertencia, pero me han contado que ocurrió.

El tiempo del encuentro se materializa en el mensaje y nuestra mejor sugerencia es ser cautos, claros, precisos y cálidos.

Para ello recomendamos conocer con quién vamos a hablar y cuál es el objetivo del encuentro virtual, antes de realizarlo.

Si no conocemos a nuestro interlocutor es importante manejar el tiempo de acercamiento que el otro nos indique. Es necesario recordar que nos estamos conociendo. Esta distancia de respeto es esencial para no caer en la paradoja del mundo digital de pensar que estar a un solo click nos convierte en amigos.

Las pantallas nos reflejan pero del otro lado, la persona que todavía no nos conoce necesita tiempo para sumar a nuestra imagen lo que transmite nuestra conversación.

Lugar adecuado, tiempo y conversación respetuosa son las claves de nuestra presentación personal para atravesar las pantallas, al menos mientras tengamos un alto porcentaje de encuentros con distancia social.

 

Lic. Adriana Bottiglieri

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