“Emocional y psicológicamente abrumadora. Así está siendo esta pandemia.” Leí hace poco esta definición y de inmediato me aclaró el panorama.
Hoy no es lo mismo planificar y actuar de la misma manera en que lo hacíamos antes de la primera semana de cuarentena.
Nuestro espacio y tiempo se dio vuelta, se fragmentó, tomó distancia, volvió a acercarse y ya no somos los mismos. Frases conocidas que comienzan a entrar en el bolsón de las frases hechas, sin embargo, verdaderas.
¿Cómo nos afecta este presente?
Cada uno es cada cual y la paleta de colores interna se va desplegando cada día. Y cada día merece que nos demos la posibilidad de revisar lo urgente, lo necesario y lo que puede esperar. No me refiero solamente al trabajo que es en el formato en el cual hacemos el listado de tareas sino también el autocuidado personal.
Ideas hay muchas pero la invitación es ir probando nuevos modos de planificar incluyendo el presente que estamos atravesando. Escuchar las emociones, darnos espacio y tiempo para poder volver a las tareas con energía.
Es probable que tengamos un registro de nuestra productividad y nos frustremos porque no respondemos a lo que consideramos nuestro estándar habitual. ¿Habitual respecto de cuándo? Invitamos a detenerse y registrar a qué nos estamos refiriendo. Si la respuesta es antes de la pandemia entonces te invito a volver a la primera frase de esta nota y la palabra clave es: abrumadora. Elijo ir a la imagen que la contiene, bruma: “Niebla, y especialmente la que se forma sobre el mar.” ( RAE)
Entonces, si no podemos ver bien a causa de la niebla, lo que quizá necesitamos es aprender a identificar, cuál es el mejor nuevo momento para hacer las cosas que necesitamos.
Distinguir lo urgente de lo que puede esperar. Y aún más importante, definir nuevamente, el significado personal de lo urgente.
Este tiempo necesita respuestas nuevas y la marca personal no es un sello fijo sino un modo de ir dibujando nuestras nuevas formas.
